LA IGLESIA DECRÉPITA
Teníamos tantas ganas de pisar el altar que no pudimos resistirnos a esta ubicación.
A pesar de ser una iglesia bastante conocida del sur, tiene su encanto.
Antes de que se cayese por el propio peso meteorológico, decidimos acceder lo antes posible a la Iglesia.
Era igual de bonita por dentro que por fuera. Sinceramente, incluso me pareció más fotografiable por sus alrededores.
Antes de entrar nos aseguramos de que no hubiese gente en el cementerio y como el cielo estaba nublado, me pareció muy estético para sacarle unas fotografías. Por cierto, el cementerio no estaba abandonado. De hecho, aunque la iglesia nueva haya sido construida al lado, aún se siguen utilizando sus panteones. Digamos que es un semi-abandono.
Decidimos entrar después de que unos gatos nos diesen una cálida bienvenida y la visual fue increíble.
Dimos gracias de que no estuviese lloviendo porque viendo la estructura del techo, es posible que alguna viga se precipitara en nuestras cabezas.
A la entrada pudimos disfrutar de dos Estrella Galicia muy antiguas, casi formando parte de la Iglesia en su esplendor.
Había que tener cuidado de donde pisar para poder acercarte al sagrario que ya no conservaba santos ni vírgenes y una parte del altar, estaba rota por la mitad. Era decadencia pura y dura.
También pudimos contemplar la Sacristía que conservaba dos botellas de cristal muy antiguas y alguna sotana del cura.
Debías tener mucho cuidado con donde ponías el pie o podías terminar tocando fondo.
Nos llevamos un susto, (o al menos yo porque Mike cuando está sacando fotos no se entera de nada) porque había un hombre rodeando la Iglesia y asomó su cabeza por la puerta. A lo que Mike le habló cuando apareció su cabeza por segunda vez y le contestó que escuchó pasos y le dio curiosidad.
Cuando por fin, teníamos la foto decidimos irnos. No sin antes mirar las fechas de las lapidas, sí; soy de las que tiene esa obsesión.
Y allá nos fuimos, con la intención de tomarnos una caña de celebración por las increíbles fotos que llevábamos en nuestra SD pero un señor en la iglesia moderna de al lado, nos hizo señas.
Me dio miedo que nos echara la bronca así que yo me escondí detrás del coche y Mike se acercó a él.
Comenzó a hacernos preguntas de si habíamos venido a hacer la ruta de senderismo que estaba cerca (debía de ser lo único turístico de la zona) y Mike se le ocurrió contarle la verdad porque le pareció pana el señor.
El tio pensó que éramos o religiosos o del patrimonio de Galicia que veníamos a hacer un reportaje.
Comenzó a recomendarnos sitios que estaban cerca, tanto para visitar como para comer y luego, nos dijo si nos estábamos preparando para subir al altar. Nos preguntó la edad y le dijo a Mike, que se llevaba una esposa muy guapa. Que tenía muchísima suerte y que aún éramos jóvenes.
Un señor muy particular la verdad. Nos despedimos de él comentándole que algún día volveríamos (no lo creo) y fuimos por fin, a nuestro próximo destino.
Mike por fin pudo degustar sus primeros muslitos de mar :)
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