LA FÁBRICA DE VACÍOS
Imaginaros una fábrica con más de 10 años de antigüedad. Vais a ser partícipes de como se encuentra después de 23 años de abandono y 10 de desuso.
Se trata de una fábrica de vacíos que también se ocupaba de la industrialización de mostos, vinos, licores, etc. Os puedo asegurar que es de las naves industriales con más historia y decadencia que he visto. El musgo verde y el polvo inundaban todas las dependencias de la nave y le daban el toque decrépito que tanto abunda en este blog.
Nada más entrar nos encontramos unas máquinas antiguas para embotellar de forma manual.
Sumidos en la oscuridad, estaban los depósitos. Había tanto tanques enormes en la propia estancia como subterráneos con una profundidad increíble. Iluminamos un par de ellos con la linterna y vimos que uno estaba vacío y otro aún tenía contenido en su interior.
Al continuar explorando, vimos la ropa de los trabajadores perfectamente colocada como si fuesen a regresar en cualquier momento y el cierre de la fábrica, les cogiese por sorpresa.
Al lado había bombonas de gas para la fabricación de los refrescos y una estantería repleta de periódicos que databan en el 2002. De hecho, había también periódicos del 2001. A su lado había una llenadora de botellas con presión para las bebidas con gas.
Justo en frente, nos encontrábamos una pequeña mesa con carpetas de kayaks y catálogos. De hecho, sobre una de las máquinas para embotellar, había un kayak verde. Seguramente el dueño usó la fábrica como almacén tras el cierre de la misma.
Al lado de la mesa había unos cuadernos que parecían pertenecer a una niña, donde aparecían reflejadas letras de canciones, nombres y una historia muy curiosa. Estaba inacabada pero me quedó la curiosidad de como terminaría el rapto de la abuela de Mary.
Si continuabas por la parte derecha de la fábrica, podías ver un lote de cajas vacías de vino con sus respectivas botellas y unos carros muy antiguos; sachos y transpaletas manuales junto a una automática.
Apoyada contra una de las puertas de la fábrica, estaba una bicicleta que parecía también de niña con su respectivo casco.
En el centro de la fábrica se encontraba la máquina conectada a un depósito por donde pasaban las botellas por una cinta transportadora y se embotellaban para seguir su recorrido por la cinta donde se colocaban los tapones plásticos hasta el posterior corcho final.
No conozco el funcionamiento de la mayoría de las máquinas, pero David destacó algunas enjuagadoras, llenadoras o taponadoras. De hecho, en una esquina de la nave, había muchísimos corchos y tapas de plástico junto a otra máquina manual para la colocación de las mismas.
Al final de la fábrica también se encontraba una caldera junto a un curioso coche antiguo que estaba completamente desmontado. Aún se podía ver el interior del mismo, era un Opel Kadett y sobre él, había unas puertas con pósters de la revista SuperPop, donde volvíamos a confirmar, la existencia de una niña.
Allí tenía un pequeño taller de herramientas donde seguramente, ejercía su segundo hobbie después de los Kayaks. Aunque parecía posterior al abandono de la embotelladora.
En un lateral, después de que la cinta continuara su camino hasta una de las puertas para poder desplazar la mercancía y las cajas al camión, se encontraban las oficinas con todo el material aún en su interior.
Había unas mesas junto a unas estanterías repletas de papeles, sellos y balances económicos con cuadros de contabilidad. Al lado, tenían una sala de espera que contenía muchísimos calderos debido a las filtraciones de agua y una de las puertas, llevaba a los documentos de la empresa y todos los libros de contabilidad ordenados por años de actividad junto a una impresora antigua sumida en la oscuridad.
Si continuabas hasta el final, múltiples papeles promocionales y divididos en "Vino blanco, tinto y rosado" nos saludaban desde una mesa muy larga y justo delante, debajo de las estalactitas; una increíble máquina antigua para el etiquetado de las botellas.
Finalmente, un pequeño despacho de reunión que albergaba una pizarra, carteles antiguos e imágenes que dibujaban como era la empresa años atrás, nos dejaban con un ácido sabor de boca.
Según los documentos y albaranes, aunque la fábrica embotellaba sobre todo vinos, también se ocupaba de distribuir Cacaolat, Mosto, Cervezas (marca Estrella, El Águila, Heineken, Cruzcampo, Alhambra...), Agua, Agua con Gas y Zumos. No encontramos documentos donde apareciesen reflejados refrescos, vermut, etc.
Seguramente, con las nuevas tecnologías y el avance de la industria, Demetrio tuvo que cesar su actividad dejando toda una vida atrás. Puede que comenzase otro negocio o decidiera disfrutar de su familia, después de terminar su negocio.
Lo único que descubrimos a ciencia cierta, es que Demetrio cesó su actividad en 2001, después de cambiar el nombre de su sociedad en un par de ocasiones; y en 2016 falleció con 61 años de edad después de una larga vida laboral dejando su negocio como un simple recuerdo de todo su esfuerzo.
Dado el estado actual de la fábrica, los descendientes no debieron de regresar a la misma después del fallecimiento de Demetrio.
Nos queda por explorar la última estancia de la fábrica que se encuentra en unos escaños superiores. Se trata del despacho de Demetrio dado que sus pertenencias estaban en uno de los estantes y además, es donde se hacían las pruebas y experimentos de los brebajes. Imagino que se comprobarían las densidades y los diversos componentes. Las vitrinas estaban repletas de elementos químicos y numerosas pipetas.
Desde arriba, Demetrio debía de tener controlado al personal que trabajaba para él. Aparte de encontrar una agenda llena de fórmulas y cálculos de densidades, también encontramos alguna promoción de la embotelladora y su tarjeta del banco. Lo más curioso fue una carta, con una caligrafía muy mala. Lo que pudimos averiguar es que un hombre anónimo dejaba a su namorada de forma muy trágica. Comentaba que estaba en vilo pensando que podía estar con otro y olvidarse de él y aunque le ofrecía todo su apoyo y le gustaría continuar siendo amigos, estaba muy dolido y necesitaba zanjar la relación, dado que el psiquiátrico donde estaba ingresada ella, no creía que fuese suficiente para su salud mental y toda la situación, le hacía dudar de sus cualidades como trabajador.
No sabemos si era una carta escrita por el mismo Demetrio o por alguno de los trabajadores que seguramente le echaban una mano con las pruebas químicas.
Ojalá tuviera una caligrafía mejor para enterarme de lo que contaba la carta.
Nos despedimos finalmente de la nave, después de entrar al sótano que solo conservaba una humedad gigante y cajas vacías de cartón.
Antes de salir, me gustaría enseñaros la curiosa obra de arte creada por cajas de vacías y encajadas a la perfección en una de las entradas de la fábrica.
Espero que os haya gustado esta marcha atrás en el tiempo y la vida del empresario Demetrio que cesó legalmente su actividad en el 2012.
¡Nos vemos en el próximo abandono! 🍶💼
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