LA CASA DEL HUMOR NEGRO

 

¿Alguna vez te has entrometido en las entrañas gallegas? 

 

Fotografía sacada por @tiempo_de_urbex

 

Resultan mágicas y nunca sabes lo que puedes encontrarte.

Llevo poco en la exploración urbana pero siempre me ha llamado la atención la cantidad de historias que pueden contar estos lugares. Donde muchos ven simples ruinas, yo imagino los recuerdos de las personas que en el pasado llenaban aquellas habitaciones vacías. 

El Urbex es una afición que cada vez se extiende más y aunque seamos una comunidad bastante grande, cada explorador cuenta con diferentes intereses.

Mientras algunos se interesan por la fotografía, otros por los vídeos, los más atrevidos por la aventura y la adrenalina que les proporciona, muchos por las historias que las casas cuentan por si solas y otros para conocer más gente interesada en este mundillo.

Bien, voy a dejar de aburriros con mis idas filosóficas y voy a presentaros una de las primeras casas que visité en mi primera ruta de Urbex. 

Siento comunicaros que en esta ocasión, no tengo una historia real que contaros pero si puedo complaceros con un relato lleno de ingenio y agudeza. 

Tan sorprendente me resultó la entrada de esta casa llena de vegetación, que mi asombro hizo que se me olvidase sacar la cámara. Por lo tanto no tengo ninguna fotografía de lo más impactante de la casa, un carro antiguo de madera en el cabanote de la casa. Escondido entre la penumbra y resistiendo milagrosamente el paso del tiempo. Tranquilos, yo también me odio por mi aturdimiento. 

Tengo fe en volver algún día y comprobar que sigue en pie.

Antes de entrar en la parte inferior de la casa, pudimos comprobar que tenía una especie de manantial natural que fluía por la parte superior de la corteza terrestre. Es un fenómeno extraño de contemplar en una casa. 

Para poneros en situación, esto se origina por la filtración de agua o lluvia que penetra en un área y se asoma por otra zona de menor altitud. La naturaleza se ve obligada a filtrar el agua a la superficie impidiendo que el subsuelo se inunde. Como curiosidad, es el mismo proceso por el cual se forman las aguas termales. 

Es posible que cuando los dueños residieron en la vivienda ya tuvieran en su poder su propia agua natural.

Solo con ver el exterior ya di por sentado, lo mágico que sería el interior. Y como no, mi intuición no se engañó. 

En la parte baja, había una habitación con dos camas gemelas metálicas de color rosa palo, con una mesita acompañando cada una de ellas y cuadros religiosos adornando las paredes. Estaban aún hechas como si los dueños tuvieran pensado pasar la noche siguiente allí y se hubiesen perdido por el camino.

Luego, en la habitación consiguiente, había una cuna con el mismo diseño de las camas anteriores con tres muñecos de juguete bastante terroríficos. 

Una de las muñecas era de trapo, la del medio no tenía brazos ni pelo y daba muy mal rollo y el tercero, tampoco tenía brazos y tenía cara de psicópata de un documental de crímenes. Este último lo había tenido yo de pequeña, por lo que era el que más me ponía los pelos de punta. 

Al lado de la cuna, permanecían esparcidos muchos periódicos y revistas de la época y algún que otro juguete de los niños de la casa. 

Y ahora que he jugado un poco con vuestra imaginación, os daré un respiro mostrándoos en fotos la parte superior de la casa.




 

Es un buen lugar para confesar nuestros pecados. He de disculparme por la baja calidad de las imágenes, aún no tenía trípode y tampoco experiencia.


 

Y ahora me gustaría mostraros la razón del nombre dado a esta casa. Nos encontramos un pequeño libro de "Cuentos de Humor Negro", viendo más detalles de la vivienda, nos hace pensar que tenían una mentalidad un tanto fascista. Aunque he de recalcar que son solo especulaciones.



 

Recuerdo mirar alguna de las fechas de caducidad de los productos pero no nos dejó claro, la fecha de abandono aproximada. Aunque calculamos que por la antigüedad de los muebles y la decoración de la vivienda, debería tener más de 20 años.


 

Ahora vamos con la parte más bonita de la casa. Este salón lleno de polvo y de recuerdos de los antiguos dueños. También nos sorprendía con una pequeña bodega de alcohol.













 

Y por último, la terraza de la casa, carcomida por las zarzas. Siendo ellas las actuales dueñas de la vivienda. Gracias por darnos paso a ella.


















A pesar de no conocer la historia real de esta casa, nos fuimos de allí con el corazón dando un vuelco. 

En muchas ocasiones, las paredes hablan por sí solas. Nosotros solo somos partícipes de una pequeña parte, una vez abandonamos las viviendas, todo vuelve a sumarse en un incesante silencio, hasta que un nuevo explorador decide aventurarse de nuevo.

Nos vemos pronto😉.


@lune_vert






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