EL SANATORIO DE LOS DELIRIOS I


 

Antes de comenzar, quisiera pediros disculpas por mi desaparición repentina, muchas veces la vida es muy estresante y te quedas sin tiempo para dedicar a tus hobbies más preciados. Me gustaría agradecer a Tiempo de Urbex por animarme a volver al blog y sacar un ratín para ello.

Me gustaría marcar, que el lugar que veréis a continuación es muy especial para mí. Fue de mis primeros abandonos cedido por uno de mis mejores amigos, Key.

Se trata del decrépito y abatido Sanatorio de los Delirios, ubicado en las profundidades gallegas, destaca por ser de los abandonos más conocidos de la zona y más vandalizado. 

Fue abandonado en 2012 y aunque durante muchos años estuvo activado con un sistema de alarmas y sensores para la protección de actos gamberros, finalmente, esta práctica fue desconectada.

Os adjunto fotografías que pude encontrar de la época cuando aún estaba en activo.


Extraído de Medium


Extraído de El Mundo 






Extraído de la Deputación de Lugo


Extraído de la Deputación de Lugo

No se puede apreciar en las imágenes, porque son muy antiguas; pero en los últimos años que estuvo abierto el Sanatorio, ya había desperfectos en la estructura. 

Múltiples goteras inundaban el lugar y los pacientes eran tan abundantes que superaban la capacidad máxima. Es decir, el Sanatorio estaba condenado a la ruina y al pronto cierre de puertas siendo destinados los enfermos mentales, a otras instituciones cercanas.

Existe una leyenda urbana o tal vez, un caso real, solo los que convivieron en el Sanatorio son conscientes de la veracidad de la misma. 

Una chica de 26 años de edad padecía esquizofrenia. Se llamaba Virtudes y algunos exploradores encontraron restos de su vivencia en el lugar. Lo que no se sabe a ciencia cierta es si es real, el encerramiento artesano que vivió por parte de sus padres durante 15 largos años por ser diferente a los demás. Tanto la mantuvieron encerrada que llegaron a incrementar los síntomas de su enfermedad.

Virtudes realmente creyó que era diferente de la sociedad, en esa época los que padecían alguna enfermedad mental era repudiados y llamados apestados, como los que tenían la lepra.

Cuando fue trasladada al Sanatorio, se pasaba el día manteniendo una posición fetal y comía muy poco a diferencia de otros internos. Las enfermeras se pasaban los días recogiendo sus excrementos de la habitación que le tenían asignada. Sobra decir que era una de las habitaciones de alta seguridad con rejas en las ventanas para evitar posibles fugas. 

Ellos se preocupaban de proteger a los demás internos de Virtudes, sin ser conscientes de que debían protegerla de ella misma. Por lo que un día, después de tantas autolesiones, se arrancó sus propios ojos y más tarde, comenzó a comerse los dedos de sus manos. 

 

Extraída de Verdrell

Durante años, estuvo recluida con las manos en la espalda, aunque lo que parecía una medida preventiva se convirtió en 10 años largos para ella.

Virtudes no articulaba palabra, no podía caminar tras pasar largos años en cuclillas y se balanceaba de un lado a otro cuando estaba relajada, o eso interpretaban los convivientes con ella. 

Los médicos nunca intentaron ayudarla, de hecho; le administraban la pastillas y medicamentos sin acertar con la dosis, manteniéndola en un estado inestable y peligroso y abusando de tranquilizantes para quitarse trabajo de encima. Nunca mostraron empatía por Virtudes, tan solo manifestaban el miedo y la repugnancia hacía su persona. 


Menos mal que hoy en día, existen más avances y las personas con esquizofrenia, la gran mayoría; pueden llevar una vida normal dentro de lo que cabe. Si no, más personas como Virtudes serían repugnadas y repudiadas sin recibir ninguna ayuda.


Desgraciadamente, fueron muchas las voces que fueron calladas en el Sanatorio. Muchos internos fueron maltratados con condiciones infrahumanas y compartiendo habitaciones como si fuesen celdas, al no tener espacio para resguardar a tantos pacientes.


Ahora, vamos a contemplar como se conservan las instalaciones del Sanatorio de los Delirios actualmente.

Comenzamos con sus impactantes exteriores, la forma del Sanatorio era bastante peculiar desde la vista satélite, bastante irregular y laberíntica. Las habitaciones más grandes y que utilizaban para los pacientes menos críticos y que además, compartían estancia con otros internos, se encontraban en la zona este. Tenían una cocina - comedor bastante amplios y también una sala de juegos donde seguramente, pasaban el rato. Ahora solo se conservaba un billar polvoriento.

 





Patio interior del Sanatorio



En el exterior también destacaba un gran crucero y numerosos bancos que utilizarían los pacientes menos críticos que probablemente pudiesen salir al patio exterior.

Seguimos con la zona de recepción, la más llamativa del Sanatorio y la que más mobiliario conserva aunque sea grafiteado. Destaca la portería y también un imponente cuadro del crucero que os comentaba que componía el patio. Justo detrás, había un conjunto de oficinas que aún contenían papeleo del lugar.









Al subir las escaleras, encontramos lo que seguramente, eran las habitaciones de los internos que trabajaban en el Sanatorio. Con su respectiva galería donde pasaban el tiempo muerto entre turnos, alguna habitación y dos cocinas.






 

Avanzamos más por el lugar y nos encontramos la zona de la capilla. Aunque no conserva nada, mantiene esa esencia particular. Tiene un pequeño acceso al campanario donde puedes ver las instalaciones desde perspectiva satélite. No apto para personas con vértigo.

Una de las veces que fuimos, habían montado un escenario un tanto estrambótico, como si celebrasen un funeral o como si se tratara de una secta satánica. Creo que prefiero pensar que se trata de lo primero. Os dejo fotografías de esta escena.

 




 

Más adelante, nos encontramos algunas de las habitaciones, en la zona oeste estaban las habitaciones intermedias, un poco más pequeñas que las habitaciones de la zona este pero con más seguridad y algunas también eran compartidas, seguramente por falta de espacio como comentábamos al principio de la entrada del blog.

En la zona centro del Sanatorio, se encontraban las habitaciones de los pacientes más críticos, parecían zulos. Eran como pequeñas celdas donde apenas podían respirar, cogía una cama y poco más. Aparte las puertas eran enanas y contenían múltiples mirillas para aplicar la máxima vigilancia.



Uno de los habitáculos más sorprendentes del Sanatorio, es una sala que "un artista" armó con muebles del Manicomio, pintándolos con un spray de color rojo carmesí. Resulta un tanto psicodélica.

 



 

Y como no, había una gran cantidad de baños, adjunto algunos de los que mejor se conservaban.

Si soléis leer mi blog, sabréis que siempre me ha gustado fotografiarlos, tanto como las cocinas. Es una pasión que todavía desconozco su procedencia.




El espectro Escarcena en acción


¡Ups! Se me ha colado un espectro en las fotos. 

Es cierto que el Sanatorio, te produce bastantes delirios una vez en su interior. La cantidad de historias y de vivencias que pasaron durante años los pacientes del manicomio, todavía siguen atrapadas entre las paredes, deseando que alguien pueda contarlas y terminar de esta forma con su cruel y eterno sufrimiento.

Tendréis que esperar a la próxima entrada del blog para conocer esas historias. Mientras tanto, disfrutad del decrépito Sanatorio. 🏥



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